6.29.2007

Shortbus (2006)























Shortbus fue promocionada, por así decirlo, en diferentes medios como una pelicula independiente quasi-pornográfica (dado su inclusión de varias escenas con sexo real). Escrita y dirigida por John Cameron Mitchell (Hedwig and the Angry Inch) cuenta distintas historias de jovénes neoyorkinos con respecto a la vida, el amor, el mundo, y si, el sexo y la homosexualidad. Shortbus es gay. John Cameron Mitchell es gay. Ahora, eso a mi no me molesta en lo absoluto (aunque si me molesto un poco ver a un hombre eyaculándose en su propia cara, u otro cantando The Star Spangled Banner en el ano de su pareja sexual). Estas y otras escenas de sexo, shockean hasta cierto punto (realmente están bien filmadas y funcionan), pero terminan por transformar al resto de la pelicula en algo anecdótico, y poco o nada sustentable. No es culpa de ellas obviamente, sino del resto del guión. Plagada de momentos infantiles y bastante ridículos, el film es (y resumiendo) intrascendente, y creo firmemente no tendría ni la menor mención (salvo por la comunidad gay) sino fuera por las escenas sexuales antes mencionadas. Algunas salidas y tomas son rescatables pero sin llegar a ser destacables, mientras que el final también desentona y roza lo rídiculo, con una especie de oda o autobombo hacia la comunidad gay y el film en sí (que supongo habrá tenido su cuota de problemas durante la producción).

Acato de todas maneras que para determinados individuos sea más profundo y personal, tanto el final como el film en general y reconozco que si bien me abrió la cabeza con algunos temas, todavía me quedan dos conceptos latentes respecto más que nada a la comunidad homosexual. Promiscuidad e histrionismo. Con la continua aceptación de esta comunidad por la sociedad mundial, mi opinión es que llega un momento en que es tiempo de dejar estos estereotipos y muletillas atrás, justamente empezando por los mismos involucrados, si es que no quieren ser juzgados por ello. Estas terminan reduciendo al homosexual en un ser caricaturesco y poco serio, que al final de cuentas y a la larga daña la imagen del individuo en si misma.

Volviendo a la película, John Cameron Mitchell no dice nada nuevo, no planta ninguna semilla (salvo por las escenas de sexo, que seguramente si se conviertan en referencia cinematográfica, para bien o para mal) y termina cayendo una y otra vez en lugares comunes y callejones sin salida. Shortbus poco hace para cambiar la percepción de un heterosexual con respecto a un homosexual en ciertos aspectos, y es evidente que lo intenta, ya que constantemente se respira un ambiente empalagosamente orgulloso de "aca estámos". Eso ya lo sabemos, y en lo personal poco nos importa. ¿Debería?

- fin de la transmisión -

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