Lunar Park (2006) - Bret Easton Ellis
¿Se puede dar el visto bueno a un libro cuando solo se destacan su comienzo y su final?
Bret Easton Ellis vuelve después de 6 años de sequía, con Lunar Park. El libro viene a ser como una autobiografía imaginaria, en la cual el autor se reinventa como padre de familia en un lujoso suburbio americano luego de una turbulenta joven carrera plagada por las drogas y el exceso. Ellis cuenta la historia de su vida, pero la lleva mucho más lejos. Con pincelazos típicos del autor, influencias del género de terror (de Stephen King particularmente, sí, Stephen King), el resultado es un libro que por lo general aburre, a pesar del grado de dinamismo que el escritor intente plasmarle a lo largo de los veintitantos capítulos.
Igualmente, Ellis todavía conserva esa lengua afilada, satírica, observadora y mordaz, por la cual siempre se destacó. Y si bien el libro no está a la altura en mi opinión de su obra maestra (American Psycho) el comienzo es prometedor, el final es sublime, y es en estos dos donde reside el alma de la historia. La respuesta a la pregunta inicial es al fin y al cabo afirmativa, a Bret le alcanza con lo justo para salvar la materia.
Bret Easton Ellis vuelve después de 6 años de sequía, con Lunar Park. El libro viene a ser como una autobiografía imaginaria, en la cual el autor se reinventa como padre de familia en un lujoso suburbio americano luego de una turbulenta joven carrera plagada por las drogas y el exceso. Ellis cuenta la historia de su vida, pero la lleva mucho más lejos. Con pincelazos típicos del autor, influencias del género de terror (de Stephen King particularmente, sí, Stephen King), el resultado es un libro que por lo general aburre, a pesar del grado de dinamismo que el escritor intente plasmarle a lo largo de los veintitantos capítulos.
Igualmente, Ellis todavía conserva esa lengua afilada, satírica, observadora y mordaz, por la cual siempre se destacó. Y si bien el libro no está a la altura en mi opinión de su obra maestra (American Psycho) el comienzo es prometedor, el final es sublime, y es en estos dos donde reside el alma de la historia. La respuesta a la pregunta inicial es al fin y al cabo afirmativa, a Bret le alcanza con lo justo para salvar la materia.
- fin de la transmisión -
No hay comentarios.:
Publicar un comentario